Os voy a enseñar a hacer unos  crackers salados con semillas y pipas tipo galleta salada. La receta es del blog Maria Cosbel que tiene unas recetas maravillosas, aunque con su permiso he cambiado algunas cosillas como las harinas.

En su receta pone 110 gramos de harina integral de trigo sarraceno y yo he puesto harina de espelta y los 50 gramos de centeno los he sustituido por harina integral.

 Estas tostadas, biscotes o galletas, o en inglés crackers, como le queráis llamar,  están hechas con harina de espelta, integral y de avena, sin levadura y a las que se le añade sal, semillas, hierbas o queso. 

Los crackers o galletas saladas  tienen su origen en los panes planos tipo pita, martzá y knäckebröd. Se suele utilizar para untar queso, paté o mousses o de base para aperitivos. 

Aunque yo le llame galletas saladas en realidad hay diferencias entre esta y los crackers. La diferencia tiene que ver con su elaboración, ya que las galletas se preparan con capas planas de masa mientras que los crackers se les hace unos agujeritos para que la masa no forme burbujas de aire durante el horneado.

Es la primera vez que hago este tipo de pan y repetiré la receta ya que están muy ricos y además son facilísimos.

Vamos a la receta...

En un recipiente ponemos los ingredientes secos, harina de espelta, harina integral, harina de avena, sal maldón, cominos molidos, los 150 gr. de semillas variadas y mezclamos bien.

Templamos en el microondas el agua y añadimos junto con el aceite de oliva virgen extra.

Mezclamos todo hasta que esté bien unido. He utilizado el robot pero puedes hacerlo muy fácil con las manos.

Ponemos la masa sobre un papel sulfurizado y aplanamos con la ayuda de un rodillo.

Hay que dejar un grosor de 1/2 centimetro.

Cortamos los bordes para que quede su forma perfecta al hornear.

¡Ojo! los bordes los he vuelto a amasar y he hecho palitos de pan...aquí no se tira nada.

Espolvoreamos sobre la masa estirada los 20 gramos de semillas que tenemos reservadas y pasamos muy ligero el rodillo para que se queden enganchadas las semillas.

Con un cuchillo largo marcamos rectángulos del tamaño que te guste, pero sin llegar a cortarlos del todo.

Metemos en horno precalentado a 180 º calor arriba y abajo durante 20 minutos hasta que veas que están dorados pero sin quemarse.

Sacamos y colocamos sobre unas rejillas hasta que enfríen.

Cortamos y guardamos en una lata o bote hermético, aunque aquí han durado un suspiro, jaja.