Me encanta la tortilla de patatas, con cebolla, sin cebolla, con un poquito de pimiento verde, cuajada, sin cuajar con el huevecito suelto,  pero solo puedo darme el lujo de tomarla de vez en cuando porque se apodera de mis cartucheras. 

Dando vueltas al coco porque no pienso renunciar a comerla, pense "¿y si en vez de freír las patatas, las cuezo primero y despues escurridas las frio en una sarten con solo una cucharada de aceite?. 

Pues probé y genial, muy buena. No puedo decir que sea identica a la tortilla con patatas pochaditas en una buena cantidad de aceite, pero para los que nos queremos cuidar un poquillo está bastante buena y resultona. Así  he conseguido una forma de hacerla más ligera porque yo sin tortilla de papas no puedo estar. 

Que conste, que en la mayoría de ocasiones, hago la clásica con su patata pochadita  y su  aceite oliva virgen extra pero creo que solo con ver la foto esta bastante apetitosa. 

Ingredientes:

● 4 patatas grandes

● 5 huevos

● aceite de oliva virgen extra

● sal

Vamos a la receta...

Quitamos la piel a las patatas y las cortamos en rodajitas gruesas.

Ponemos agua a hervir en un cazo y añadimos las patatas cortadas.

Cuando estén cocidas, sin llegar a blandas, ni a romperse, las sacamos a un colador, para quitarle todo el agua.

Ponemos en una sartén tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra, y añadimos las patatas escurridas, y le damos el punto de sal. (no necesitas mas aceite, puesto que al estar cocidas ya, no necesitan mucho aceite).

Las rehogamos un poco, dos o tres minutos, no más ya que la patata esta hecha.

En un bol grande, batimos los huevos, y le añadimos las patatas.

Removemos y añadimos todo a la sartén.

Hacemos la tortilla vuelta y vuelta y lista para comer.

Tiene buena pinta, ¿eh?.